Desde que soy madre…
Hoy es el Día de la Madre así que ¡felicidades a todas las mamás y a disfrutar de vuestro día!
Y, dicho ésto, este post se lo quiero dedicar a todas las madres – entre las que me incluyo.
Esta claro que ser padres supone un cambio drástico en la vida.
El embarazo está lleno de cambios en nuestro cuerpo, la mayoría poco agradables.
Pero el verdadero cambio es cuando coges en tus brazos por primera vez a tu bebé.
Tu vida giraba en torno a ti pero ahora tu hijo/a es lo más importante.
Tienes en tus brazos una personita que dependerá de ti muchos años o toda la vida si no acaba pronto la dichosa crisis.
Pasas de no dormir por la noches por salir con los amigos a no dormir porque tu hijo quiere comer o simplemente – sobre todo en los primeros días – busca el contacto con su madre.
Entre otras cosas.
Por ello, y teniendo en cuenta que se acerca el día de la madre, quiero dedicar este post en clave de humor a las cosas que ya forman o no parte de nuestra vida.
Y me gustaría que completaseis este post con vuestras experiencias o vuestros «Desde que soy madre».
Comienzo.
Desde que soy madre…
– He desarrollado un oído de superhéroe capaz de escuchar a través de las paredes.
– Soy inmune a cualquier olor por muy desagradable que sea.
– Ya no sé lo que es la fase REM de sueño.
– Si Asier se despierta por la noche, soy capaz de levantarme con los ojos cerrados, dormirle en brazos y meterme en la cama también con los ojos cerrados como si todo hubiera sido un sueño (de hecho que hay noche que no sé si ha sido realidad o sólo un sueño).
– He desarrollado los brazos y la espalda del increíble Hulk.
– Tengo la habilidad de hacer varias cosas a la vez (sujetar al niño en el cambiador mientras le agarras las manos para que no te líe ninguna y coges un body del cajón – es tan sólo un ejemplo.
– Salir me pasa factura y de las gordas. Tomarse más de dos copas tiene consecuencias nefastas. No por el hecho de bebértelas, sino por la resaca del día siguiente.
Tu hijo se levanta como una rosa después de dormir de un tirón y tú que has dormido pocas horas no puedes con tu alma ni con el dolor de cabeza que tienes.
Y claro tampoco es plan de que tus padres o suegros continúen con la tarea de niñeros también por la mañana.
– Si las mañanas son complicadas, las noches aún más.
Después de todo el día, llegas a casa y miras de reojo el sofá con cara de «¡Ay cuando te coja!».
Pero la realidad es que aún te quedan baños y cenas antes de poder disfrutar de ese momento para ti en el que tumbas en el sillón y disfrutas de tu serie o programa favorito.
– Administro el tiempo que empleo en el blog con cuentagotas.
Sé que tengo tres momentos en el día en los que puedo escribir: a primera hora de la mañana antes de que e despierte el peque, cuando se echa la siesta y por la noche cuando se va a dormir.
Asier se pirra por un ordenador y el ratón le vuelve loca así que una vez fuera de la cuna cuanto más lejos esté de él mejor.
Eso sin contar con que al principio pecaba de inocente y le dejaba toquetear.
Hasta que me borró un post y me di cuenta de que blog y niño despierto no eran compatibles.
– Maquillarse es una odisea. Pinceles y brochas, barras de labios o bases repartidas por toda la casa es el resultado.
Eso sin contar con el día que me abrió una miniatura de OPI en el parquet. Suerte que me di cuenta a tiempo porque si no más que un suelo, hubiera sido un cuadro de Picasso.
Así que mejor me maquillo cuando está jugando con su padre.
– Aparatos como el secador de pelo, las ghd y el Clarisonic los tengo que esconder si quiero una larga vida para ellos.
– Ya no tengo tanta libertad de movimientos. De hecho, esa es una de las primeras cosas de las que te das cuenta.
Mi hijo no va a la guardería así que entre mi marido, sus abuelos y yo hacemos turnos para quedarnos con el peque.
Y claro, aquello parece un cuadrante.
Eso sí. La verdad es que no me quejo porque me apaño muy bien y la verdad es que lo compagino muy bien.
Y lo más importante, tengo la suerte de contar con mi familia a la que tengo muy cerca. Y eso es algo muy importante.
– Tengo la habilidad de predecir el futuro. Caídas, maldades, las visualizo en mi mente antes de que pasen.
– He desarrollado la capacidad de correr como si fuera el mismísimo Usain Bolt.
– Mi lavadora está explotada y con sobrecarga de trabajo.
– He olvidado el significado de la palabra «orden». Parece que haya pasado un huracán por mi casa.
En este momento, son las cosas que se me ocurren.
Y como sé que seguro tenéis mucho más que aportar al post, ¡espero vuestros comentarios!
Y, para finalizar este post en clave de humos, deciros que, sin duda, lo mejor que me ha pasado en la vida es ser madre.
Y si me preguntáis si merece la pena, mi respuesta es un SÍ rotundo.
Todos los sacrificios y todo lo que he comentado anteriormente merece totalmente la pena y todo queda compensado con algo tan simple como una sonrisa o un beso de tu pequeño/a.
¿No creéis?
Muchas felicidades a todas las madres
Besos!
FELICIDADES!!,
Me ha encantado el post, ay cómo te entiendo!! jajaja
BESOS!
tiene que ser tan bonito ser madre…