Aunque a veces se confundan, no son lo mismo. En este post, te cuento cuáles son las principales diferencias el acondicionador y la mascarilla y cómo usarlos correctamente para sacarles el máximo partido.

¿Acondicionador o mascarilla? No hay por qué elegir. Es más, si quieres mejorar el estado de tu pelo es fundamental que combines ambos productos.

Porque no, la mascarilla y el acondicionador no sirven para lo mismo. Cada uno tiene su propia función y no se aplican de la misma forma. Por eso, es importante conocer qué les diferencia.

En este post, te cuento qué es el acondicionador y la mascarilla y cuáles son sus principales diferencias de la mano de Carlos Fernández, Education Manager de Franck Provost.

Acondicionador vs Mascarilla

Acondicionador

El acondicionador es como la crema hidratante habitual. Es un producto imprescindible que ayuda sellar la cutícula después del lavado y ya sea con o sin aclarado deberías usarlo siempre que te laves el pelo. También suaviza la fibra capilar y facilita el desenredado evitando así la rotura del pelo.

Se aplica justo después de lavar el pelo con champú y eliminar el exceso de humedad; no es necesario que lo dejes actuar. Tal y como asegura Carlos Fernández, es suficiente con el tiempo que inviertes en aplicarlo y peinarlo.

Además, es importante que después aclares muy bien el pelo y no dejes ningún resto porque podría apelmazarlo o incluso irritar el cuero cabelludo si lo tienes sensible.

Si tienes el pelo graso o lacio, evita aplicar el acondicionador en la zona de la raíz porque podría aportar un exceso de grasa y apelmazar el pelo aún más.

Mascarilla

Es un tratamiento intensivo que se puede usar entre 1 y 2 veces dependiendo del estado del cabello. Más que hidratar, este producto nutre la fibra en profundidad y repara los daños y las puntas abiertas.

El Education Manager de Franck Provost recomienda que, después de lavar el cabello, elimines el exceso de humedad con una toalla sin frotar para evitar romper la cutícula.

A continuación, aplica la mascarilla en particiones individuales por mechones y reparte bien con las manos de medios a puntas evitando siempre la raíz. Deja actuar entre 3 y 5 minutos. Te puedes poner un gorro de ducha o dejarlo actuar al aire.

Y si quieres potenciar su efecto, David Fernández recomienda enrollar el cabello con una toalla o turbante caliente para que los ingredientes activos penetren mejor.

Y si tienes el cabello especialmente seco o dañado, prueba a dejarte la mascarilla puesta durante toda la noche. Cubre la cabeza con un papel de film para potenciar su acción y coloca una toalla en la almohada para no mancharla.

mujer toalla cabello

Diferencias entre el acondicionador y la mascarilla

En resumen, el acondicionador y la mascarilla no son lo mismo y no se puede sustituir uno por otro; es mejor combinarlos para mejorar la salud y el aspecto del pelo.

El acondicionador se usa siempre justo después de lavar el cabello. Aparte de sellar la cutícula, suaviza y facilita el desenredo, sin tirones. Sin embargo, la mascarilla se usa 1 o 2 vez a la semana para nutrir en profundidad.

Además, mientras que el acondicionador es un producto express que no hace falta dejar actuar, la mascarilla necesita un tiempo de exposición que ronda los 3 y los 5 minutos.

Y lo más importante, el acondicionar sólo hidrata, mientras que la mascarilla nutre en profundidad y repara los daños de la fibra capilar. En este vídeo, te lo explica con más claridad el experto de Franck Provost.

¿Cómo elegir el acondicionador y la mascarilla?

No todas las pieles son iguales y lo mismo ocurre con el cabello. Por eso, antes de comprar una mascarilla es importante que sepas qué es lo que buscas realmente.

Volumen, reparación, protección del color, control del encrespamiento, ... Son muchos los acondicionadores y mascarillas que puedes encontrar a la venta, pero puede que no todos encajen con tu pelo y hayas tirado tu dinero.

Además, procura que estén elaborada con ingredientes naturales y no contengan sulfatos, ftalatos y otras sustancias químicas o sintéticas que dañen la fibra capilar o el cuero cabelludo.

También es importante que escojas el formato que más te guste. Por ejemplo, el acondicionador puede estar envasado en un tubo o incluir un dosificador en spray.

Este último suele ser muy típico en caso de los acondicionadores sin aclarado que son perfectos si buscas rapidez.

Acondicionan el cabello y hacen que se desenrede fácilmente y no hace falta que lo aclares. ¿Qué más se puede pedir? Eso sí, evita los que contengan alcohol u otros sustancias irritantes.

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