Falsos mitos de belleza post-verano
Irremediablemente se acerca el final del verano y, con la vuelta de las vacaciones, comienza la recuperación de la piel y del cabello que, a lo largo de la época estival han ido sufriendo la acción del sol, el cloro o la sal del mar. En este post, te cuento algunos falsos mitos de belleza post-verano que no te deberías creer.
Acaba el verano y, por lo general, ni el pelo ni la piel son los mismos. Por mucho cuidado que hayas tenido, necesitan una cura importante para volver a recuperar su estado. A lo largo de las vacaciones, el sol ha estado incidiendo de forma directa en tu piel y la sal y el cloro la han ido secando y debilitando.
Además, algunos falsos mitos que se han ido adquiriendo con el paso de los años no hacen más que empeorar aún más si cabe la situación. Por ello, es importante identificar cuáles son estos mitos y desterrarlos para empezar a restaurar la piel y que vuelva a lucir ese aspecto radiante y uniforme que tanto se echa de menos una vez finaliza el verano.
En este post, el Dr. Cerrud de la Clínica de Medicina Estética Dr. Leo Cerrud nos desvela cuáles son los falsos mitos de belleza post-verano y nos da las claves para recuperar la salud de la piel después de las vacaciones.
Falsos mitos de belleza post-verano
El moreno se va si exfolias.
“Si utilizas un peeling físico (con partículas o microgránulos) ayudas a que vaya desapareciendo, pero no lo eliminas del todo”, explica el Dr. Leo Cerrud, experto en Medicina Estética. «Esto ocurre porque solo retiras la capa cutánea más superficial, donde se encuentran las células muertas».
Exfoliar la piel es uno de los pasos imprescindibles que nunca debes saltarte. Además de eliminar las células muertas y las impurezas, favorece la penetración de los tratamientos faciales; y, como explica el Dr. Cerrud, no eliminas el bronceado. Así que, ya sabes, no olvides exfoliarte: es uno de los 7 mandamientos de belleza post-vacacionales.
Las cremas de la farmacia o el súper quitan las manchas.
“Las cremas despigmentantes de venta sin receta no pueden llevar hidroquinona, o lo que llevan es un porcentaje tan bajo que no son efectivas. Suelen tener uno o más alfahidroxiácidos con probado efecto despigmentante, pero no le funcionan de la misma forma a todo el mundo, de ahí que haya tantas y tan poco resultado”.
El mejor remedio contra las manchas se encuentra en las fórmulas magistrales recetadas por médicos expertos de la piel, así como en algunos tratamientos de Medicina Estética: peelings químicos, láser,
IPL, etc.
Los remedios caseros aclaran las pigmentaciones.
“El vinagre, la leche y el bicarbonato han sido remedios caseros milenarios pero yo no lo recomendaría nunca, carecen de rigor científico y pueden irritar el cutis”, aclara el doctor.
Es mejor prevenir que curar y, por ello, antes de recurrir a los tratamientos caseros asegúrate de que son 100% seguros para tu piel; y, ante la duda, acude a un profesional o infórmate de cuál es el mejor tratamiento para combatir tu tipo de mancha.
El sol es bueno para el acné.
Una afirmación falsa, aunque sólo relativamente. “La primera impresión es que sí, porque los granitos se secan y parece que mejoran, pero luego llega la reacción inflamatoria y producción de sebo extra para compensar, y esto empeora el brote acneico”.
Eso sí, no olvides que la exposición solar sólo es beneficiosa en su justa medida, porque tiene una acción antiinflamatoria y antibacteriana que combate la inflamación y controla algunas bacterias que lo producen.
El melasma no desaparece.
Es falso, pero tiene algo de verdad. “El melasma tiene tratamiento, y en algunas ocasiones, consigue no sólo mejorar, sino incluso desaparecer este problema. Pero también tiene un alto grado de reincidencia, en cuyo caso requiere volver al profesional médico a que valore el protocolo más adecuado”.
Así que, si quieres eliminar por completo el melasma, es mejor que te dejes asesorar por un profesional que sepa aconsejarte sobre el mejor tratamiento para combatir el melasma y cuántas sesiones necesitarás para acabar por completo con este problema cutáneo.