La «idílica» lactancia

Después del parto y de ver y tener en brazos a tu hijo por primera vez, es cuando comienzan a asaltarnos las dudas acerca de muchos temas.

Durante tu estancia en el hospital, aunque estés agobiada por no estar en tu casa o la cantidad de visitas que recibes, estás más tranquila porque sabes que tanto tu bebé como tú estáis vigilados las 24 horas del día y puedes llamar a las enfermeras o la matrona en caso de que te surja alguna duda (o al menos en mí caso fue así porque el trato del personal y de cada hospital no es el mismo).


El problema suele venir cuando regresas a casa y uno de las mayores dificultades con las que me enfrenté fue la lactancia.

Por ello, en la entrada de hoy os hablaré acerca de mi experiencia con la lactancia y daros algunos consejos que espero os ayuden a llevar mejor este tema.

Desde antes de nacer Asier ya tenía muy claro que quería darle el pecho y, cuando me lo pusieron por primera vez para que mamara, la verdad es que no tuve problemas porque enseguida se agarró.

Lo primero que debéis saber es que la subida de leche no es inmediata y tarda unas 48 horas.

Al principio, lo que sale de la mama es el llamado calostro que es un líquido amarillento que, aunque pueda parecer que no, es un alimento que tiene muchos nutrientes para el bebé.

De hecho, es importante poner al pecho al bebé siempre que lo demande y con frecuencia para facilitar que la subida de leche tenga lugar lo antes posible.

Es posible que aparezcan grietas en los pezones porque, aunque te enseñan a poner al bebé a mamar, a éste le cuesta cogerlo bien y puede lastimar la zona los primero días y convertir la lactancia en algo muy doloroso.

Lo que me ayudó cuando aparecieron las grietas fue:

1. Usar Purelan de la marca Medela que podéis encontrar en Farmacias. Es una crema que ayuda a hidratar la zona y repararla. 

Se usa una vez acabada la toma y después de aplicar y dejar secar la última gota de leche materna en la zona dañada (también os recomiendo esta acción aunque la zona no tenga grietas porque ayudar a hidratar los pezones para que no aparezca este problema).

2.  El uso de pezoneras. Las que me recomendaron fueron las de Medela también.

3. Utilizar un sacaleches para extraer leche del pecho dañado. 

Los hay eléctricos o manuales. Si lo vais a usar poco, con el manual tenéis suficiente y además es más económico.

Eso sí, este aparato no realiza la misma succión que el bebé por lo que puede bajar la producción de leche en ese pecho.

Por ello, conviene darle de mamar aunque duela a lo largo del día para estimularlo. 

También es muy importante que no os desesperéis si veis que la leche no sube y que tengáis paciencia porque la tranquilidad es una de las cosas que os va a facilitar la lactancia ya que el hecho de estar nerviosa es algo que interfiere en la lactancia y que hace que generemos menos leche.

Así que ¡a relajarse!

Y es aquí donde viene el problema porque entre visitas, no dormir y otros factores, los primeros días se pueden convertir en una auténtica pesadilla.

Aquí van algunos consejos para evitar ésto:

1. Intentar racionar las visitas e incluso, si tenéis mucha confianza, decir que lo dejáis para más adelante o que quedáis un rato en el parque para que vean al recién nacido.

2. Las primeras noches son una pesadilla. Lo siento por ser tan sincera pero es así. En mi caso, yo no llegaba a dormir una hora seguida porque Asier quería comer o simplemente lloraba porque necesitaba estar conmigo y sentir mi contacto.

Por ello, es importante que os olvidéis de las tareas de casa y demás quehaceres para descansar y echar una cabezada cuando el niño duerma y, si podéis contar con ayuda no sólo del padre mejor que mejor.

Os lo digo por experiencia porque yo fui demasiado independiente y no quise la ayuda de nadie y al final el cansancio me pasó factura y sufrí un ataque de ansiedad.

El no dormir no es un juego así que, por favor, ¡debéis hacerlo!

En cuanto a la cantidad de leche, cada persona es un mundo y, aunque tu amiga, tu cuñada, madre, suegra o quien sea te diga que ella sólo daba pecho y que el bebé se quedaba saciado, puede que a ti no te pase lo mismo.

No sufras por ello e intenta hacer caso omiso de este tipo de comentarios que te harán sentir que eres mala madre cuando no es así.

Al mes de dar el pecho a Asier, tuve que recurrir a combinar la leche materna con la de composición porque no se saciaba y no por ello soy peor o mejor madre. 

Lo importante es que tu hijo esté bien alimentado y, aunque lo mejor es la leche materna, en las de composición encontramos todos los nutrientes que el bebé necesita así que nada de remordimientos.

Lo que os recomiendo para aumentar la producción y la calidad de la leche es:

1. Beber mucho líquido ya sea agua, leche, zumos, etc.

2. Estar relajadas y descansar en la medida de lo posible.

3. Comer alimentos ricos en proteínas.

Y, volviendo a los remordimientos, si no quieres dar el pecho o pasados uno días de lactancia decides que no quieres continuar, no te sientas mal. Vuelvo a repetir que dar o no el pecho no determina si eres mejor o peor madre. 

Cada persona elige el método de alimentación de sus hijos y conozco niños que han tomado biberón desde que nacieron y se han criado perfectamente así que no te intenten convencer de lo contrario.

Y es que la lactancia es muy bonita pero es también muy dura y es lo que os trato de mostrar en esta entrada para que no os lo vendan como algo idílico porque, sobre todo al principio, no lo es.

Eso sí, cuando se instaura y todo se regula, es cuando empiezas a disfrutar de ello, y ahí sí que es algo maravilloso.

Por ello, si queréis dar el pecho, mi mayor consejo es tener paciencia y estar relajada porque sólo así se podrá convertir en algo tan idílico como algunas personas lo pintan.

¿Os ha aclarado las dudas a las madres primerizas? ¿Os sentís identificadas las que habéis dado el pecho?