Los beneficios de teñir el pelo con barros
¿En busca de la coloración perfecta que no dañe tu cabello? Pues, en este post, te hablo de los beneficios de teñir el pelo con barros y te cuento todo lo que necesitas saber sobre esta técnica que lo está petando.
Seguro que si piensas en teñir el pelo, te vienen a la mente pensamientos de que lo estás dañando. Y no es para menos. El amoníaco de los tintes permanentes penetra en la cutícula y, si no cuidas tu pelo como es decido, puede dañarlo y resecarlo hasta puntos insospechados.
Si a esto le unimos que ya no nos conformamos simplemente con teñirnos, sino que además recurrimos a otras técnicas como las mechas balayage en las que se lleva a cabo la decoloración del pelo, el daño es aún mayor.
Por ello, no es extraño que cada vez seamos cada vez más las que buscamos una coloración más natural como los barros que son la crème de la crème para teñir el pelo.
¿Quieres saber más? Pues aquí te cuento con todo detalle en qué consiste y cuáles son los beneficios de teñir el pelo con barros, gracias a los expertos coloristas del Salón de Noelia Jiménez, una peluquería especializada en esta técnica tan sostenible.
Coloración con barros: ¿En qué consiste?
Aunque te suene a chino, la coloración con barros o plantas no es nada nuevo: es la evolución de la aplicación de henna en el cabello (a que eso te suena más).
En esta forma tan ecológica de teñir el cabello se usa una coloración natural que mezcla pigmentos de plantas, maderas, flores y tierras para crear un barro que se aplica directamente sobre el cabello recién lavado.
Además de no provocar alergias, tampoco daña el cabello. Aunque estos son sólo algunos de sus beneficios.
Beneficios de teñir el pelo con barros
Los barros no ocasionan ningún tipo de ataque al cabello
No penetran en la fibra capilar, se quedan en la superficie, y no contienen amoníaco (el componente principal de los tintes comunes).
Además, proporciona una acción astringente que desintoxica a fondo el cuero cabelludo, elimina los residuos y aporta volumen desde la raíz a las puntas, algo que, para las que tenemos el pelo fino y lacio, es fundamental.
Teñirse con barro mejora la cutícula del cabello.
Gracias a sus propiedades fitoterapéuticas (exclusivas de origen vegetal), teñirse con barro la cutícula mantiene el pelo muy hidratado y ayuda a reducir el encrespamiento.
Es más, los expertos aseguran que este tipo de coloración es algo que todo el mundo debería realizarse, ya que mejora la calidad capilar y aporta mucho brillo a la melena.
Los tintes con barros no provocan el «efecto raíz».
Es una de la mayores frente a otros tintes químicos. El pigmento va desapareciendo con los lavados y se va fundiendo con las canas, si es que las hay.
Los barros maquillan las canas integrándolas de forma natural, creando un efecto de micro mechas que queda fenomenal.
Forman una barrera protectora frente a las agresiones externas
El tinte con barros actúa sobre las capas más superficiales del cabello. De esta forma crea una barrera protectora que protege la fibra capilar frente a las posibles agresiones externas que puedan dañarla.
Los tintes ecológicos no provocan alergias
No sé a ti, pero a mí los tintes químicos siempre me dan alergia. Se me irrita y me pica el cuero cabello y, aunque es soportable, resulta bastante molesto.
Sin embargo, esto es algo que pasa en muy pocas ocasiones con un barro vegetal; así que es una opción perfecta para aquellas personas con alergia a los tintes químicos.
Los tintes con barro ofrecen una gran gama de colores naturales
Están elaborados con materias primas especializadas que se pueden mezclar para personalizar cada tono, convirtiendo la coloración en toda una obra de arte.
La expresión «el arte de la coloración» nunca tuvo tanto sentido.
Los tintes naturales no huelen a amoníaco, sino a campo.
La coloración con barros está elaborada con ingredientes como flores, plantas o barro; de ahí que tenga ese perfume tan campestre con el que podrás disfrutar como si estuvieras en plena naturaleza.
Es una de los beneficios de teñir el pelo con barros más atractivo, al menos para mí. No me gusta a nada el olor a amoníaco, pero el olor a campo y a bosque me encanta.