Me imagino que a estas alturas ya habréis oído o leído eso de que la nueva tendencia de belleza es afeitarse la cara.

Aunque las que os estáis enterando en este preciso momento me imagino que tendréis la misma cara que yo cuando me enteré.

Os explico antes de que entréis en ‘shock’. 

En Estados Unidos se practica desde los años 70, aunque se rumorea que tanto Cleopatra como Marilyn Monroe ya se afeitaban la cara para mantenerse más jóvenes y bellas.

Sus efectos son parecidos a los de la dermoabrasión o los peelings químicos y, con tan sólo dos veces al mes, se consigue una piel más suave, con menos arrugas e imperfecciones y con un aspecto más luminoso.

Sea como sea, al menos a mí, me da pánico convertirme en la mujer barbuda de American Horror Story Freak Show. No me afeito la cara ni para mi sesión de IPL para no arriesgarme a tener más bigote que mi marido como para probar ésto.





Aunque es como todo, si se hace bajo la supervisión de un profesional , la cosa estará más controlada y me imagino que se evitará parecer Chewaka.

Aunque, si os soy sincera, en esta ocasión, que no cuenten conmigo. Prefiero tener la piel algo peor o someterme a tratamientos un poco más tradicionales antes de arriesgarme a afeitarme la cara.