8 malos hábitos que dañan tu piel
Si te preocupa el cuidado de la piel y aunque usas los mejores productos cosméticos, no luce como desearías, puede que estés haciendo algo más. Aquí te muestro cuáles son los 8 malos hábitos que dañan tu piel.
Todas queremos tener una piel perfecta, pero ¡ay amiga, no es nada sencillo. No siempre es fácil sabes qué es lo que le va mejor a tu tez o qué es lo que le sienta fatal.
Es posible, incluso, que estés haciendo algunas cosas mal y pienses que no es así. Por eso es muy importante conocer cuáles son los mejores hábitos para cuidar tu piel y cuáles son los malos que deberías desterrar por completo de tu vida.
Cuidar tu alimentación, hacer ejercicio, beber agua, dormir lo suficiente y usar tratamientos cosméticos adecuados para tu tipo de piel son algunos de los buenos; pero, ¿y los malos?
No te preocupes, aquí te traigo de la mano de los expertos facialistas del centro de estética Germaine de Capuccini Goya lo que deberías evitar a toda costa si quieres que tu piel se mantenga joven, lisa y luminosa más tiempo.
8 malos hábitos que dañan tu piel
1. Exfoliar la piel más de lo recomendado.
Exfoliar la piel es un gesto imprescindible que no debe faltar en toda buena rutina facial que se precie, pero tampoco hay que abusar.
Con la exfoliación, la piel respira mejor, se estimula la oxigenación celular y se absorben los nutrientes y principios activos de los productos y cremas hidratantes que apliquemos después.
Pero, ¡cuidado! No lo hagas más de 1 o 2 veces a la semana porque puede causar sequedad e inflamación,destruir las células sanas y favorecer la hiperpigmentación del cutis.
2. Mal uso de productos contra el acné.
Los productos para el acné son muy eficaces para evitar la aparición de granos y espinillas, si se usan correctamente.
Y digo esto porque sólo deben usarse en las zonas afectadas. Si los aplicas en todo el rostro, pueden secar la piel y causar una sobreproducción de aceite, que, lejos de solucionar el problema, lo agravará.
Es mejor que realices una exfoliación suave, desinfectes la zona con un astringente natural como el árbol de té y la hidrates con el tratamiento más adecuado para la piel grasa con tendencia acneica.
3. Demasiado contorno de ojos.
Recuerda siempre que, en este caso, menos es más. Un buen contorno nos ayuda a prevenir y eliminar las bolsas y arrugas. Sin embargo, no conviene utilizar en exceso el producto.
Muchos de estas cremas contienen aceites que no son fáciles de absorber por la piel y que se acumulan provocando granos y la aparición de brillos en la tez.
4. No utilizar crema solar durante todo el año.
Se suele creer erróneamente que sólo es necesario usar el protector solar en verano y que si está nublado, los rayos del sol no inciden en la piel, pero esto no es así en absoluto.
En invierno, los rayos UVA y UVB siguen incidiendo en nuestra piel. El sol es uno de los principales factores del fotoenvejecimiento cutáneo y, por eso, es fundamental utilizar una crema solar durante todo el año porque previene la aparición de arrugas y manchas en la piel.
5. Dormir sin desmaquillarse o hacerlo con toallitas limpiadoras.
Dormir maquillada envejece lo equivalente a tres días. Esta afirmación debería ser suficiente para que cambies el chip y nunca más vuelvas a meterte en la cama sin desmaquillarte antes.
EL maquillaje obstruye los poros, incrementando la posibilidad de sufrir acné o empeorarlo y provocando signos de envejecimiento prematuro.
Además, evita las toallitas en la medida de lo posible y úsalas sólo en momentos puntuales: no retiran todas las impurezas, los restos de maquillaje ni los principios activos de producto, por lo que, la limpieza facial es incompleta.
6. Malos hábitos alimenticios que dañan tu piel.
La comida procesada no tiene nutrientes esenciales y aporta una gran cantidad de azúcares, sal y grasas saturadas, además, deshidratan, uno de los principales causantes de arrugas y líneas de expresión.
Es mejor que evites este tipo de alimentos y los sustituyas por lo que, en la actualidad, se denomina «comida real»; es decir, fruta, verduras, carnes, pescados, … Di adiós a la pereza, ponte el delantal y prepara tus propias recetas.
7. Consumo de sustancias tóxicas (tabaco, alcohol…).
El tabaco, además de empeorar la circulación, producir enfermedades pulmonares y aumentar el riesgo de sufrir cáncer, también destruye el colágeno acelerando el envejecimiento. Además, hace que la piel esté más apagada y con aspecto cetrino.
Y el alcohol deshidrata y produce flacidez, provocando el envejecimiento prematuro del cutis o empeorando las arrugas en caso de que ya se hayan instalado en tu rostro.
8. Dormir de lado.
Ya te lo decía en el post sobre cómo prevenir las arrugas mientras duermes. Si sueles dormir sobre un lado de la cara, no tardarás en descubrir que el surco nasogeniano en ese lado es más pronunciado y se nota más que en el otro.
Por eso, aunque te cueste acostumbrarte, es mejor que procures dormir boca arribas. Tu piel te lo agradecerá