Descubre tu tipo de piel y cómo cuidarla

¿Te cuesta identificar los productos más adecuado para tu rutina de cuidado facial? Aquí tienes las claves para identificar tu tipo de piel y cómo cuidarla.

Establecer una buena rutina facial es esencial para garantizar una piel sana y radiante. Además de mantener la tez limpia, es esencial hidratar y proteger frente a agresiones externas como el frío, la contaminación y los rayos ultravioletas o la contaminación.

Pero no todas las pieles son iguales y, por eso, antes de empezar a usar un tratamiento, necesitas saber cuál es tu tipo de piel. ¿Cómo? Prestando atención a sus señales para identificar las características que te muestro a continuación.

Descubre tu tipo de piel y cómo cuidarla

Piel normal

Es la piel ideal que todas querríamos tener, pero pocas afortunadas disfrutan. Tiene el equilibrio perfecto: no estás seca o tirante ni tiene un exceso de grasa.

Aunque es bastante agradecida, se recomienda aportar hidratación sin aceites y exfoliarla para que su proceso de renovación celular siga siendo óptimo.  

Si tu piel es normal, es mejor que evites el uso de productos con aceite en la limpieza.

Piel seca

Sensación de tirantez, sequedad acompañada de descamación, zonas más rugosas y sensibles,… Estas son las señales que te ayudarán a identificar si tienes la piel seca.

Para la limpieza facial, se recomienda una limpiadora hidratante con base oleosa. El aceite, bálsamo y la leche desmaquillante son muy buenas opciones.

Para hidratar, usa productos emolientes y nutritivos. Su fórmula contiene aceites que favorecen la retención de agua, algo esencial teniendo en cuenta que el principal problema de la piel seca es que no produce suficiente grasa.    

Y en cuanto a la hidratación, lo que necesita este tipo de piel son productos emolientes y nutritivos que ayudan a retener el agua, algo muy importante teniendo en cuenta que el principal problema de la piel seca es que no produce suficiente grasa.    

Piel mixta

La piel mixta es más seca en las mejillas y tiene un exceso de grasa en la llamada zona T del rostro (frente, nariz y barbilla).

Por eso, es fundamental que elijas un tratamiento que equilibre la piel; es decir, que hidrate solo las zonas secas y controle la producción de sebo en las zonas más conflictivas.

Lo ideal es aplicar productos específicos para cada zona. La buena noticia es que existen productos «inteligentes» que ahorran tiempo y dinero.

Piel grasa

Exceso de grasa, brillos, poros dilatados y acné. Estos son los principales signos de la piel grasa. La producción excesiva de sebo hace que los poros se obstruyan y aparecen comedones.

Usa siempre productos ‘oil-free’, astringentes y no comedogénicos para reducir la producción de grasa. Así evitarás el temido efecto rebote que provoca la aparición de más grasa y granitos. 

Piel sensible

Se caracteriza por tener rojeces, irritación, descamación, picor e incomodidad. Estos signos pueden aparecer en todo tipo de pieles: secas, mixtas, grasas,…

Si tienes la piel sensible, usa productos hipoalergénicos, sin perfume, sin aceites y con protección elevada.   Huye de los cosméticos que contienen alcohol e ingredientes petroquímicos o sintéticos.